La lectura de hoy es sobre algo que me ha llamado mucho la atención: cómo educaban a los niños en la antigua Esparta. Y la verdad, no se parece en nada a cómo entendemos la escuela hoy en día. Lo que más me ha sorprendido es lo estricto y diferente que era todo. Su educación no era solo ir a clases; era como vivir en un campamento militar. Todo giraba en torno a eso. Cuando nacía un bebé, ¡se decidía si vivía o no! Si no parecía lo suficientemente fuerte o sano para ser un buen espartano, no le dejaban vivir. Eso me parece muy fuerte, que la vida de un niño dependiera de eso.
Y si te dejaban vivir, tu vida entera se dedicaba a prepararte para la guerra y para servir a tu ciudad. No había tiempo para jugar mucho o para elegir lo que querías ser. Todo era entrenar el cuerpo y aprender a pelear. Su escuela estaba organizada como un ejército, con grupos y líderes, todo muy disciplinado. Para mí, lo más importante de todo esto es cómo la educación de Esparta mostraba lo que era su sociedad. Como su ciudad dependía de ser fuerte en la guerra, su educación creaba soldados. No buscaban que cada persona fuera diferente o especial, sino que todos fueran iguales y muy buenos luchando.
Es muy distinto a cómo educamos ahora, donde queremos que cada niño desarrolle sus talentos y sea quien quiera ser. Esparta nos muestra una forma muy diferente de ver la educación, donde el grupo y la fuerza estaban por encima de todo.
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