La capacidad natural de adaptarnos y cambiar a lo largo de la vida.
La educabilidad, señalada en la lectura anterior es la capacidad y la necesidad que tienen los seres humanos de ser formados por la cultura: lenguaje, costumbres, saberes. Ahora bien, este capítulo titulado Presupuestos Antropológicos de la Educación menciona que el desarrollo cultural del ser humano se puede mirar desde dos perspectivas:
- Cultura objetiva.
Se puede entender como todo lo que las personas crean y comparten como grupo: el idioma que hablamos, las leyes que seguimos, la música que escuchamos o las costumbres que tenemos. Por ejemplo, el alfabeto, las bibliotecas y las tradiciones de festejar cumpleaños son productos de la cultura objetiva: existen aunque tú no las inventes y perduran aunque quien las creó ya no esté.
- Cultura subjetiva.
Es lo que cada uno interioriza de esa " cultura de afuera", los hábitos, valores y habilidades que vas aprendiendo y haciendo tuyos. Por ejemplo, saber leer y escribir, saludar con un beso en la mejilla o aprender a tocar una canción en la guitarra son parte de tu cultura subjetiva: viven en ti mientras las practicas y desaparecen si dejas de usarlas.
Gracias a la educabilidad tenemos la capacidad de transformar lo que existe en el mundo en conocimientos y costumbres propias. Esa chispa nos permite crecer, entender el mundo y construir nuestra identidad: sin la cultura objetiva no tendríamos nada que aprender, y sin la cultura subjetiva no podríamos hacer nuestro ese aprendizaje. Juntas, son la base de nuestra capacidad de educarnos y desarrollarnos plenamente.
Porción adicional de la lectura:
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